Mi mamá es sólo mía
- Itziar Lorenzo MArtinez
- 6 may 2015
- 3 Min. de lectura
Los celos infantiles son un motivo de preocupación muy importante para los padres.
La entrada al hogar de un nuevo hermanito provoca, en muchas ocasiones, que el hijo no acepte el proceso de cuidar y compartir sus cosas y su familia con otra persona. No aceptan el hecho de repartir el tiempo de sus padres y el cariño de ellos, por tanto se niegan a afrontarlo y causan celos.
Cuando se acerca la época de verano, los niños tienen vacaciones en el cole y eso hace que pasen mayor tiempo en casa y vean más de cerca cómo se reparte y divide el tiempo y las ayudas. Normalmente ante la llegada de un nuevo bebé, la madre pasa más tiempo (las horas de alimentación y dar el pecho). Es posible que la escuela les distraiga, pero en llegar verano o vacaciones, aquellos celos que parecían haberse ido disipando puedan rebrotar de nuevo.
Hay muchos niños que no quieren compartir sus juguetes con sus hermanos pequeños. Para mejorar la convivencia podemos decirle que si no quiere, que no los comparta pero que le regale los juguetes que no usa porque son de bebé y él ya está haciendose grande (a los niños les gusta que les digan que son mayores, así podemos reforzarle y sugerir que comparta de otro modo). Para que pueda desprenderse de juguetes que ya no usa, el niño tiene que sentirse muy querido ya que si no, lo tomará como una amenaza y tampoco querrá compartir ningún juguete, aunque no los use. NO forzar al niño, tiene que sentirse protegido y valorado.
No es fácil gestionar los celos, los cambios de comportamiento que éstos provocan y el sufrimiento que causan, así que intentemos no angustiarnos, somos padres, somos humanos, podemos equivocarnos pero también rectificar. Si observamos que estamos dedicando demasiado tiempo al pequeño y que el mayor empieza a sufrir, intentemos pasar más tiempo con él, realizando actividades que le gusten y haciéndole sentir importante.

Cuando un hermano ataca al bebé, uno de los impulsos que sienten los padres, es el de reaccionar de tal manera contra el niño, que lo avergüenzan e inclusive lo hacen sentir culpable. Realmente esto no está bien ya que uno de los motivos porque tiene miedo del bebé, es que los padres lo dejen de querer, lo va a hacer sentir más triste aún; hay que saber cómo manejar los celos. El sentirse avergonzado también induce a ocultar sus celos, los cuales con el paso del tiempo, se van a arraigar más en el pequeño y perdurarán en el tiempo.
El hermano celoso empezará a mostrar conductas para llamar la atención de los padres: lloro, pedir chupete, meterse el pulgar en la boca, estar decaido, berrinches, hacer pipi en la cama, malas conductas... Es muy aconsejable que intenteis dominar estos sentimientos negativos, y mantener la calma sobre todas las cosas.
En la primera etapa del niño (de 0 a 6 años) de Educación Infantil, éste se halla sumido en un egocentrismo que le hace sentirse el centro del universo. Es propio de esta etapa repetir constantemente "esto es mío". Ante este sentido tan arraigado de la posesión, hay que enseñarles a respetar las cosas de sus hermanos, a pedirlas por favor, a compartir sus cosas, a ser generosos e incluso a ser positivos despertando en ellos la capacidad de admirar a los demás comunicándoselo. Así mismo, será necesario reforzar las cosas buenas que hagan.
El clima familiar es muy importante; si predomina el amor y la confianza, éstos darán lugar a un mejor entendimiento entre todos y es el mejor antídoto contra los celos.
Evitar: (en la medida de lo posible): Los gritos y las descalificaciones, las atenciones y dedicación excesivas, privilegios a unos hijos frente a otros, comparaciones entre los diferentes hijos, etc. Evitar frases que recriminen sus acciones: "No lo toques", "Aléjate que no me fío de ti", "Que se te va a caer"...
QUÉ DEBEMOS HACER:
Educar a los hijos en el control de sus emociones: aprender a soportar pequeñas frustraciones, alegrarse del éxito de los demás, responder con tranquilidad ante situaciones adversas, enseñarle a aceptar sus incapacidades y dificultades con optimismo. También sería recomendable incluirlo. Hacer partícipe a los hijos de las tareas que conlleva la llegada de su hermano: preparar la cuna y habitación, adquirir la ropa...
Si los padres transmiten seguridad y afecto, los celos irán dando paso a una relación amistosa entre hermanos. La cooperación de todos y un clima familiar donde se dan oportunidades para participar, contribuirá a que la rivalidad entre hermanos vaya disminuyendo progresivamente.
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