Recomendación libro: "TENEMOS QUE HABLAR DE KEVIN"
- Itziar Lorenzo MArtinez
- 23 oct 2015
- 2 Min. de lectura

“Tenemos que hablar de Kevin” es una novela epistolar en toda regla en la que cada capítulo es una carta de Eva a Franklin (padres de KEvin) describiendo, desde su punto de vista, su embarazo, la niñez y adolescencia de Kevin, explicando con todo detalle las razones que la empujaron a aceptar una maternidad de la que no estaba del todo segura y como por más que lo intentó nunca llegó a conectar con su hijo.
¿Kevin nació malo o su personalidad fue el resultado de sus circunstancias vitales? Además, de la lectura de esta novela puede extraerse un análisis crítico de la cultura y modo de vida americano de lo más interesante así como una profunda reflexión acerca de la maternidad, los sentimientos que esta despierta o pueda despertar en varias etapas de la misma.
Lejos de influencias externas, educación, falta de cariño o comprensión, hay personas que pueden ser malas por naturaleza o, al menos, estar trastornadas desde su nacimiento. La película analiza la negación. Ninguna persona quiere creer que su hijo sea así, nadie acepta que un niño pueda albergar maldad. Este autoengaño se produce en ambos progenitores, pero más aún en el padre, a quien el hijo manipula para que crea que es bueno y que todo son imaginaciones de la madre. El marido no llega a dar crédito a su pareja en ningún momento, ni se pone de su parte. No llega siquiera a cuestionar esa posibilidad, ya que es mucho más cómodo aferrarse lo bonito y lo fácil. Esta falta de comprensión o apoyo en el cónyuge, que apenas se recalca, aunque no pueda obviarse, es uno de los más interesantes estudios de la obra.
Tenemos que hablar de Kevin es un radiografía del mal. El ser humano tiende a dar por hecho que si otro ser humano comete un asesinato, debe haber una explicación detrás de sus actos. Puede que esté loco o puede que no. El caso es que debe haber, a lo largo de su vida, acontecimientos que le han llevado a tan cruento destino. Cuando vemos niños que van un poco más allá de la travesura, lo que nos viene a la cabeza es “que niño más malo y que cara de pillo”. Pocas veces nos paramos a pensar que esa mirada, esa malévola sonrisa, podría ser el mal innato, la perdida de la inocencia desde el primer minuto de vida.
Algo inexplicable, pero no por ello imposible. Presuponiendo la inocencia a tempranas edades, se dejan pasar actitudes que, en el futuro, pueden ser fatales. Las mismas familias acomodadas y con tendencia a evadir los problemas ceden ante dicha raíz, no creando monstruos, sino dejando que estos jueguen a su antojo. Sin olvidarnos de otros temas políticamente incorrectos como las consecuencias del miedo a la maternidad y los embarazos no deseados.
Bajo mi punto de vista se trata de una obra de culto que todos deberían leer. Ganadora de un Orange Prize. Temática impactante, historia absorbente, hace reflexionar y te deja las siguientes preguntas:
-¿Amor de madre o ausencia de ella?
-¿La violencia es innata o aprendida?
-¿Culpa?
コメント